La Maravilla es un ejemplo excepcional de arquitectura monástica.
Abadía del Mont-Saint-Michel, la gran escalera exterior, el castillete, la torre de Corbins y el piñón de la Maravilla
Fotografía: Colombe Clier / Centre des monuments nationaux
Tras los primeros edificios, de los que subsiste la iglesia de Notre-Dame-Sous-Terre, en el siglo XI se construye en el Monte una abadía románica. Con planta de cruz latina, la iglesia abacial reposa sobre una plataforma de 80 metros de largo. El crucero está apoyado en la punta de la roca, mientras que el coro y los brazos del crucero reposan sobre las criptas y la nave se despliega sobre la antigua iglesia prerrománica.
"Planta de la abadía y del castillo del Mont-Saint-Michel 1776"
Reproducción: Patrick Cadet / CMN
A lo largo de los siglos la abadía se ha ido transformando debido a los incendios, derrumbes, reconstrucciones, cambios de función o restituciones.
Hoy constituye un conjunto tan variado como homogéneo donde coexisten épocas y estilos.
Como su nombre indica, el edificio de la Maravilla es laobra maestra indiscutible de la abadía. Su construcción de principios del siglo XIII representa una proeza técnica y artística.
El siglo XIII es un periodo de esplendor intelectual, artístico y económico que favorece el desarrollo de grandes obras en todo Occidente. Desde 1204, la región de Normandía está anexionada al Reino de Francia y recibe la atención y la protección de los reyes de Francia. Es en tal contexto cuando se edifica la Maravilla, en la pendiente norte de la roca. La Maravilla ilustra el espíritu del arte gótico que se difunde entonces por toda Europa occidental. Su ingeniosa arquitectura se estructura en 3 niveles superpuestos que culminan a 35 m de altura, reforzada por dieciséis imponentes contrafuertes.
"Mont St Michel, la Merveille et ses dépendances dans leur état primitif"
Émile Sagot (1805-1888)
La obra dura 17 años a lo largo de los abaciados de cuatro abades sucesivos. El conjunto se organiza en cada nivel según las distintas funciones a las que está destinado: públicas o monásticas. En la planta baja, la bodega permite almacenar las provisiones y la hospedería, lugar de hospedaje de los peregrinos; en el segundo piso, la sala de los huéspedes con sus imponentes chimeneas está reservada a los invitados ilustres, así como la sala «de los caballeros», antiguo scriptorium. En el último nivel encontramos el claustro y el refectorio de los monjes.
La sala «de los caballeros», también conocida como scriptorium, fue considerada como lugar de creación e iluminación de manuscritos. Sin embargo, parece que se utilizó más como sala de lectura y de estudio.
Abadía del Mont-Saint-Michel, bóvedas de la sala de los Caballeros
Fotografía: © Colombe Clier / Centre des monuments nationaux
A partir del siglo XIV, el Monte se transforma en una auténtica fortaleza: el pueblo es rodeado de murallas y defendido por varias torres. La entrada de la abadía está protegida con un castillete por el que los visitantes siguen accediendo a la misma aún hoy en día. A lo largo de los siglos la abadía a sufrido incendios y derrumbes que han requerido de múltiples trabajos de restauración. En 1421, se hunde el coro románico de la iglesia, que es reconstruido durante el siglo XV en estilo gótico flamígero.
Claustro de la abadía del Mont-Saint-Michel - Fotografía: Franck Badaire / Centre des monuments nationaux
En 1622, una nueva comunidad benedictina se instala en el Monte: la congregación de Saint-Maur. Los monjes mauristas realizan múltiples reformas dentro de la abadía, la más sorprendente de ellas es sin duda la división del gran refectorio gótico en tres niveles para estructurarlo en celdas.
En el incendio de 1776 se destruyen los tres primeros tramos de la nave. Para cerrar esta nave acortada se edifica una nueva fachada de estilo clásico.